Historia de la Parroquia de Santa María de Lugo de Llanera

A finales del siglo XI existía de seguro la Iglesia de Santa María de Lugo junto a un monasterio benedictino, que fue feudo y propiedad del convento de San Vicente de Oviedo hasta los tiempos de la desamortización del siglo XIX año 1835. Los monjes de aquel monasterio fueron los evangelizadores de esta zona y repobladores de los territorios en los tiempos de la reconquista. Entre los años 1735 y 1743 se construyó la iglesia neoclásica (hoy desaparecida) sobre la iglesia de origen medieval, que se hallaba ubicada en Castañeda, cerca del Pando, donde estudios arqueológicos sitúan también la antigua ciudad romana Lucus Asturum. En ese mismo lugar, quizás derruyendo la antigua, se levantó en el siglo XVIII la magnífica iglesia que estuvo en pie hasta que fue dinamitada en los albores de la guerra civil del 1936- 1939. En 1942 se inaugura la actual iglesia una vez es construida en otra ubicación distinta a la anterior, gracias a la suscripción popular, con donativos extraordinarios y sobre todo con el dinero donado por el Cuerpo de Aviación, en atención a que el aeródromo de La Morgal en construcción se halla en terrenos de esta parroquia.

domingo, 11 de noviembre de 2012

TERCERA LECCION- EL SAGRARIO O TABERNACULO DE NUESTRAS IGLESIAS

Sagrario de la Iglesia de
Sta. María de Lugo de Llanera
El «sagrario» o «tabernáculo» es un pequeño recinto, a modo de caja o armario, donde se guarda la Eucaristía después de la celebración para que pueda ser llevada a los enfermos o puedan comulgar fuera de la misa los que no han podido participar en ella.
La palabra «sagrario» ya indica que es el lugar donde se guarda lo sagrado. En los primeros siglos se guardaba la Eucaristía en casas particulares, con sumo respeto. A partir del S. XI se colocaba en un sagrario encima del altar.
Hoy día
el sagrario no se coloca sobre el altar: «la presencia eucarística de Cristo, fruto de la consagración, y que como tal debe aparecer en cuanto sea posible, no se tenga ya desde el principio por la reserva de las especies sagradas en el altar en que se celebra la misa». La Eucaristía se reserva en un solo sagrario en cada iglesia u oratorio, colocado en un lugar noble y destacado, convenientemente adornado, fijado permanentemente sobre un altar, pilar, o bien empotrado en la pared o incorporado al retablo. Debe estar construido de materia sólida (pueden ser metales preciosos como oro, plata, metal plateado, madera, cerámica y similares) y no transparente, cerrado con llave, en un ambiente que haga fácil la oración personal fuera del momento de la celebración, y por tanto mejor en una capilla separada (capilla sacramental).
Tabernáculo
Sería un grave abuso colocar el sagrario en una capilla o lugar al fondo de la iglesia o detrás de los asientos de los fieles. Para que sea un lugar muy destacado o distinguido debe poder ser visto desde la nave y ser fácilmente localizable.
Es costumbre colocar
un corporal dentro y recubrir sus paredes externas con un tejido rico o con oro (conopeo).
Junto al sagrario luce constantemente una lámpara, con la que se indica y honra la presencia de Cristo. La presencia del Señor en el sagrario se indica además, si es el modo determinado por la autoridad competente, por medio del conopeo.
El conopero (del griego Konopeion) es una especie de velo o mosquitera a modo de tienda que cubre el sagrario. Su uso es facultativo y
debe ser blanco o del color litúrgico del día, nunca negro. Este velo representa la tienda santa del Señor.
La lámpara que arde perpetuamente junto al sagrario debe estar alimentada con
aceite o cera, nunca con otro combustible. Es preferible la luz natural pero el obispo puede autorizar una luz eléctrica.
En definitiva, el sagrario es, en palabras de Pablo VI, el corazón vivo de cada una de nuestras iglesias. Por esa razón, el espacio que rodea al sagrario debe conducir a la adoración y oración personal, con asientos, reclinatorios y libros de espiritualidad eucarísticos que ayuden a adorar a nuestro Señor.
Fuente: Jesús Luengo Mena

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